Palabra meditada

9 marzo, 2018

ECO

“Respondió Jesús: El primero es: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el Único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este: amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Marcos 12, 28-34

MEDITACIÓN

El Señor me pide que le ame con todo lo que soy. San Juan de la cruz pudo decir: “que ya solo en amar es mi ejercicio.” Y si digo amar a Dios y quiero hacerlo por ser Quien Es y reunir en Sí mismo todo lo infinitamente Bueno y Perfecto, solo puedo lograrlo con el Amor infinito. Mi amor es mínimo y sujeto a mi propia fragilidad y pequeñez. Felizmente aprendí a decir: Dios mío, te amo con tu propio Amor infinito y personal, la Tercera Persona Divina de la Santa Trinidad. En cuanto amar a los demás como a mí misma es trabajo de toda mi vida y me quedaré siempre corta. Por eso tengo que reconocer que soy incapaz y orar para vivir en función de amar a mi Dios y a cada hermano como me amo a mí.

ORACIÓN

Dios mío, yo no puedo, Tú si puedes, me abandono en TÍ. (A.E.C.)