“Ustedes son la sal de la tierra… Ustedes son la luz del mundo… Brille así su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en los cielos.” Mateo 5, 13-16
Es mi deber, es nuestro deber, darle a mi entorno sabor a Dios. Por eso tengo que tratar mucho con Él por la oración, la meditación de la Palabra, la recepción de los Sacramentos, buenas lecturas y sobre todo obras que le agraden. En fin, mi vida, nuestra vida debe glorificar a Dios; pero, ¿qué significa gloria? Alguien me dió la siguiente respuesta.
Gloria es: conocimiento con alabanza. O sea: puedo y debo con mi vida y mi palabra dar a conocer a mi Dios y debo hacerlo de tal manera que mis hermanos le conozcan íntimamente, le amen y le alaben de mente, de corazón y de palabra.
Madre, digo contigo: ¡Amén! (A.E.C.)