“Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.” Mateo 6, 19-23
Realmente si tomo esta Palabra en serio y soy consecuente con ella, seré inmensamente feliz. Todo lo de la tierra pierde valor ante la existencia, conocimiento, presencia y amor de Dios. No hay riqueza mayor. Por eso debo centrarme en esta realidad que me sobrepasa infinitamente. El Dios Creador, Omnipotente, Omnipresente, infinito en Perfecciones que se describe a Sí Mismo como Amor (Cf 1 Jn 4, 8), está en mí. Por eso debo hacerme cada vez más consciente de ello, tener sumo cuidado, con su gracia, en no ofenderle ni siquiera contristarle, adorarle, amarle y no dejarle solo ni relegado ante la inmediatez del diario vivir. De muchas maneras y repetidamente he expresado ésto pero aún no lo vivo de verdad. Pido al Señor que Él Mismo me atrape y retenga mi mente y corazón en su Presencia y Amor.
Madre, no me dejes tristemente en el exterior. Quiero vivir “ab intus ” (hacia dentro.) (A.E.C.)