“Que estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida.” Mateo 7, 6; 12-14
Quiero tomar en serio estas palabras de Nuestro Señor no solamente para mí, si no hará aquellos que creen que pueden vivir dando rienda suelta a sus deseos e inclinaciones. Por eso, nadie puede detenerles en su loca carrera hacia su propia perdición Y muerte eterna. Me duele el pensar que aún aquellos que recibieron educación cristiana Y a quienes me unen lazos familiares vive como si los preceptos divinos no fueron para ellos. Creo en la bondad de su corazón pero quiere olvidar el código sagrado de nuestro Dios amor nos dio para que fuéramos felices ahora y por siempre. Que triste vivir de espaldas a los preceptos divinos. Agradezco inmensamente el regalo del profundo temor de desagradar al Dios amor de quien solamente he recibido pruebas de su infinita ternura. Oro por quien es prescinde de su Voluntad viven regidos por la suya equivocada.
Madre, no los dejes perecer por siempre. (A.E.C.)