Palabra meditada

ECO

“Voy yo a curarlo” Mateo 8, 5-17

MEDITACIÓN

Me admira muchísimo la actitud de Nuestro Señor, cuando el centurión romano se acercó para interceder por su criado enfermo. Es Dios, el Dios humanado, le siguen multitudes; y sin embargo, ante la insinuación de este jefe compasivo, Él Mismo se ofrece para ir a curarlo. En este gesto, en esta prontitud de mi Maestro, veo su compasión, su disponibilidad, su sencillez, su humildad y sobre todo su amor sin límites. ¡Voy yo a curarlo! No se hace el importante y es Dios, no se niega, no retrasa su intervención, se da porque ama. No busca pretextos para liberarse del compromiso. Está disponible y con conciencia de servidor. En mi memoria resuenan sus Palabras: “No vine a ser servido sino a servir” Cf. Mt 20,28 y también: “No vine por los sanos sino por los enfermos” Cf. Mc 2,17

ORACIÓN

Madrecita, ayúdame a ser como Él. (A.E.C.)