“Entonces, el pueblo entero salió a donde estaba Jesus; y al verlo, le rogaron que se marchase de su país.” Mateo 8, 28-34
Estos Geracenos hicieron lo peor al rogar a Jesús que se alejara de su tierra. Eso mismo hacen o quieren hacer muchos otros. Creen, en su soberbia, incredulidad e ignorancia que las cosas estarán mejor alejando al Autor del Bien, de la Bondad y de cuanto existe. ¿Qué somos sin Dios? Él es el Bien, la Sabiduría, Poder, Bondad y Amor infinitos. Entonces, cuando nos alejamos de Él, caemos en el mal, en el sin sentido, en la impotencia, en la maldad, en el odio incontrolable y en la desgracia temporal y eterna. Yo, por el contrario, con muchísimos compatriotas míos le decimos: Quédate con nosotros. Si Tú estás, nuestras Instituciones, nuestra sociedad, nuestras costumbres, nuestras familias, nuestro trabajo, serán diferentes; todo será más justo y más digno. Y además, habrá más orden, más paz, más armonía, más eficacia en todo lo que emprendamos.
Madre por favor, retén a tu amado Hijo entre nosotros. (A.E.C.)