Palabra meditada

ECO

“… y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.” Mateo 11, 23-27

MEDITACIÓN

Este verbo “conocer” en sentido bíblico se refiere no a saber sobre algo o alguien sino a tener experiencia íntima de algo o de alguien. En la vida espiritual tener esa experiencia de lo que el Padre y el Hijo son en sí Mismos y hacia nosotros, es un anticipo del mismo cielo. Por eso, el Mismo Jesús le afirmó a Felipe: “la vida eterna consiste en conocer al Padre y a su enviado Jesucristo.” Cfr. Juan 17,3. Pero ese conocimiento, esa experiencia dichosísima de lo que Ellos son, me pide una decisión firme de no ofenderles, de buscarles en la oración, de vivir recogida evitando la dispersión, de agradarles en lo grande y en lo pequeño, de acudir a la Palabra Divina y a la práctica de las virtudes y sobre todo, de amarles con el Amor del Espíritu Santo.

ORACIÓN

Madre querida, ayúdanos a vivir lo anterior. (A.E.C.)