“Pues lo mismo que está el barro en manos del alfarero, así están ustedes en mi mano…” Jeremías 18, 1-6
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Libre y voluntariamente quiero estar en las Manos Omnipotentes y Amantísimas de mi Padre Dios; Quiero dejarme moldear por ellas, Él es el Divino Alfarero y sabe perfectamente cómo debe trabajarme para ser agradable a sus ojos. Anhelo que todos nos dejemos moldear por Él. En mi caso personal, reconozco que un buen director espiritual es muy necesario y que seguir sus orientaciones es garantía de bendición por el mérito de la obediencia. Pero si el director espiritual es instrumento del Espíritu Santo, el Superior también lo es y en grado sumo; por él habla el cielo. (Cfr. Heb 13, 1-7) No quiero salirme de las Manos de mi Dios; anhelo dejarme moldear por ellas.
“Hágase Señor Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.” (A.E.C.)