Palabra meditada
4 agosto, 2018
Palabra meditada
6 agosto, 2018

Palabra meditada

ECO

“Yo soy el Pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que crea en mí no tendrá sed jamás.” Juan 6, 24-35

MEDITACIÓN

Tengo la inmensa bendición de alimentarme día tras día con el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. No merezco este privilegio enorme, pero lo tengo. Debo pedir la gracia de recibir a mi Salvador con las debidas disposiciones, sobre todo con fe, amor verdadero y profunda gratitud. ¿Qué sería de mí sin recibir diariamente a Aquél que se llama a sí Mismo el Pan de Vida? ¡En qué aridez tan espantosa me sumiría! Reconozco que al recibir a Nuestro Señor con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad todos los días, tengo no solo una predilección inmensa sino la más grande plenitud; es decir, que tengo la experiencia de vivir lo que el Maestro nos prometió. Sí, el hambre y la sed de lo que no es Él, no me atormenta; por eso miro al mundo y a sus atractivos con verdadera indiferencia.

ORACIÓN

Bendito seas mi Señor por regalarte a nosotros a pesar de lo que somos. Bendito seas por siempre por tu donación total. (A.E.C.)