“El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.” Juan 8, 21-30
Dios está en todas partes pero en quien le ama sobre todas las cosas, está con una presencia y amistad inimaginables. No es lo mismo tener a Dios en mi alma porque es Omnipresente que tenerlo como Padre amorosísimo, como Esposo y Hermano Mayor, como Amigo Divino y entrañable. Mi Maestro me cuenta que su Padre y mi Padre nunca le dejó solo en su Vida mortal no solamente por su unión hipostática de Hombre-Dios sino porque siempre le agradó, jamás hizo nada que pudiese desagradarle. Siempre le tuvo amorosamente presente, siempre se esmeró en identificar su Voluntad con la de Aquel que le había engendrado por vía de Entendimiento siempre han sido y serán Uno. Quiero imitar a Jesús en su esmero por agradar siempre a su Padre. Por eso le suplico que me ayude ya que por mi misma jamás lo lograría.
Madre fidelísima intercede por nosotros para que no disgustemos a Nuestro Amado y Buen Dios. (A.E.C.)