Palabra meditada
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Palabra meditada
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Palabra meditada

ECO

“… Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre pues no solo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos.” 1ª Juan 3, 1-3

MEDITACIÓN

Llamarme y ser Hija de Dios es una realidad que sobrepasa cuánto puedo pensar y desear. No existo al ocaso, no soy como hoja al viento, no tengo un futuro incierto. Procedo de la Voluntad Suprema de mi Padre Dios a través de la de mis padres. Soy hija de Dios Padre, Él quiere que le considere como a tal y por eso su Espíritu me ha hecho llamarle Abbá. He tenido la dicha de invocarle así y de experimentar admirada y agradecida el derroche de su Ternura sobre mi pequeñita y frágil persona. Por eso puedo exclamar feliz y agradecida: ¡Dios es mi Padre, mi Padre es Dios! Mientras viva es eso lo que tengo que enseñar a todos. Si cuida de los pajaritos y de las flores también cuida de cada uno de nosotros. Me urge confiar siempre en Él y llevar a mis hermanos a que se abandonen en Él con absoluta confianza.

ORACIÓN

Madre, ayúdanos a serle fieles. (A.E.C.)