“El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará.” Lucas 17, 26-37
Esta sentencia del Señor la viven y vivieron en plenitud los santos y de manera especialísima los mártires. Pienso en todos los que han preferido la muerte a negar al verdadero Dios y a Nuestro Señor Jesucristo específicamente. Me voy al Antiguo y Nuevo Testamento y me encuentro con jóvenes, adultos y ancianos que dieron su vida por Dios. Y si miro al Nuevo Testamento me encuentro con santos que se han entregado en plenitud por amor al Amor. Menospreciaron su vida y ganaron la Eterna. ¿Qué hago yo? ¿Cuál es mi generosidad?
Madre presenta esta oración: Dios mío yo no puedo, Tú si puedes, me abandono en Tí. (A.E.C.)