Palabra meditada

ECO

“Porque no reconociste el momento de mi venida” Lucas 19, 41-44

MEDITACIÓN

Nuestro Señor Jesucristo vino y viene continuamente a nosotros: Lo hizo en su Encarnación, nos redimió y por el suplicio del Amor más grande, nos dió la Vida con su Muerte, permanece en su Iglesia y con nosotros hasta que los siglos terminen y luego, en la Eternidad.

Pero mi Señor viene también a mí continuamente: En la Divina Eucaristía, en el regalo de la vida, en su Palabra, en la sagrada Liturgia, en la oración silenciosa, en una lectura, en la recitación del santo Rosario, en las mociones internas, en el trato con mis hermanas y en la ayuda a los demás, en el dolor, en la belleza de la naturaleza. Tengo que estar vigilante y dispuesta para recibirle a cada instante.

Mi Señor viene, está a la puerta de mi alma y llama. Tengo que recibirle con mi lámpara encendida por la fe, la esperanza y el amor y poder entrar así, en el banquete de bodas.

ORACIÓN

Dios mío, que todos te reconozcamos en tu continuo venir a nuestras vidas. ¡Madre querida, ayúdanos! (A.E.C.)