Los dos ciegos
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“Hágase en vosotros según vuestra fe.” Mateo 9, 27-31
Los dos ciegos clamaron a Jesús para que tuviera compasión de ellos. Y el Maestro les preguntó si creían que Él podía hacerlo.
Reconozco que yo creo en su Omnipotencia infinita pero me falta ejercitarme en la certeza inconmovible de que seré escuchada cuando pido algo acorde con la Voluntad Divina.
Nuestro Señor admiró en repetidas ocasiones la fe de varias personas que con esa virtud y con humildad y confianza le solicitaron curación o liberación para sí mismos o para un ser querido. De hecho, me sucede que cuando pido creyendo que seré escuchada, la respuesta es enormemente sorprendente.
Hoy pido a Nuestro Señor, esa fe humilde y firme que alcanza la respuesta generosa y omnipotente del Señor. En fin, deseo tener una fe a toda prueba como la de la cananea del Evangelio (Mat. 15, 28) “Entonces Jesús le dijo: “Mujer, grande es tu fe: que te suceda como deseas.”
Madre, alcánzanos esa fe. (A.E.C.)