Palabra meditada

ECO

“Por un instante te escondí mi rostro, pero con amor eterno te quiero dice el Señor tu libertador…” Isaías 54, 5-14

MEDITACIÓN

Ese “te quiero” dicho en la Palabra Santa del libro de Isaías por mi Dios, ha plenificado toda mi vida religiosa. O si soy mas exacta, ellas fueron las que me han hecho feliz y saberme amada por todo un Dios Uno y Trino, me decidió por Él. Aún recuerdo agradecida y con el alma en suspenso ese cruce de miradas en la Capilla del Colegio. No fue algo sensorial pero si real. Supe que me quería para Él y el resto pasó al lugar que le correspondía; es decir relativicé lo demás. Nada, ni nadie más llenaría mi corazón. ¡Bendito encuentro definitivo! Vendrían otros como el de aquél día en el que sin ver a nadie, sin oír una palabra, tuve la certeza de que el Señor Resucitado estaba a mi izquierda en el momento preciso en el que debía hablar de que estaba Vivo, de que había salido radiante del sepulcro y nos había salvado por su infinito Amor sin ahorrar ningún dolor.

ORACIÓN

Madre, dale las gracias con tus palabras y corazón; yo soy indigna e incapaz. (A.E.C.)