La hemorroisa / Imagen tomada de Internet
“… y tocó su ropa diciendo para consigo: como llegue a tocar su vestido, sanaré…” Marcos 5, 21-43
La fe de esta mujer enferma y la sanación que obtuvo, tiene que impulsarme a creer con mayor fuerza y decisión en el Poder de sanación integral que cada contacto con Jesús puede realizar en mí. Yo no toco únicamente su vestido, sino toda su Persona Divina. Y lo hago cada día, para mi dicha inmensa e inefable en cada Eucaristía. Pero me falta radicalidad en el convencimiento de lo que cada Sagrada Común-unión con Él, puede realizar en todo mi ser. Si el alimento material me mantiene viva ¿qué no hará la Persona toda de mi Salvador en mi ser integral? Si me dispongo y me dejo, Él me va transformando en Él por su Misericordia infinita. Pido al Señor la gracia inmensa de no poner obstáculos, por mis limitaciones, al poder transformante de este adorable Sacramento.
Madre, ayúdame por favor. ¡Amén! (A.E.C.)