Palabra meditada
25 marzo, 2019
Palabra meditada
27 marzo, 2019

Palabra meditada

ECO

“!Oh siervo malvado! Yo te perdoné toda la deuda porque me lo suplicaste; ¿no era pues justo que tu también tuvieses compasión de tu compañero como yo la tuve de ti”. Mateo 18, 21-35

MEDITACIÓN

Esta misma exigencia de nuestra fe está en la plegaria que nos enseñó nuestro Único Maestro: “Padre…, perdónanos así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. De ahí, que tácitamente le decimos al Padre: no nos perdones si nosotros no perdonamos. ¿Y… qué haríamos sin el perdón de nuestros Dios? La Palabra Divina me enseña que “todos hemos pecado y estamos privados de la Gloria de Dios” (Cfr. Rom 3,23) Por gracia, he amado la verdad, luego reconozco que he ofendido mi Dios, por tanto, necesito su perdón y yo misma debo hacerlo con su gracia poderosa y a imitación suya si quiero su perdón. El perdón libera interiormente y permite restablecer la unidad que pide Nuestro Redentor.

ORACION

¡Amén! (A.E.C.)