Palabra meditada

ECO

“El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano.” Juan 3, 31-36

MEDITACIÓN

Estoy ante el Amor infinito entre el Padre y el Hijo y por tanto, ante la Persona del Espíritu Santo ya que el Amor del Padre y del Hijo es la Persona Misma del Espíritu Santo. Ante este Misterio, solo me queda adorar desde el corazón de mi Madre Inmaculada a mi Dios Uno y Trino. Pero no, hay algo más y es nada menos que saberme en las Manos de Nuestro Señor Jesucristo. Quiero aceptar esa Divina dependencia que me hace inefablemente libre y felíz. Mi vida toda está en las Manos Divinas de mi Señor, Salvador y Esposo. Nada debo temer pero no me puedo salir de ellas; allí debo reposar por siempre sin ninguna resistencia. Yo se de Quien me he fiado; también deposito en esas Manos Misericordiosas y Omnipotentes a mi Patria convulsionada y frente a terribles encrucijadas.

ORACIÓN

Jesús, yo confió plenamente en Tí. Madre, déjanos en Él. (A.E.C.)