“Tomás le dice: “Señor, no sabemos a dónde vas ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le responde: “Yo Soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.”” Juan 14, 1-6
Ante el desconcierto de Tomás, Jesús nos da la definición más corta y completa de Sí Mismo. ¿Para qué son los caminos? El más pequeñito nos diría; “Para llegar a donde vamos.” Y ¿para qué sirve la verdad? “Para no equivocarnos.” Y ¿qué es lo contrario de la muerte? “La vida.” Entonces ante este mundo tan descarriado, tan equivocado, en el que la muerte temporal y eterna es el pan de cada día, me acerco con conciencia plena al Único que me lleva a la casa del Padre, a Aquél que no me deja extraviar, a Aquél que me enseña en el Evangelio a no dar paso en falso. Por eso no me puedo fiar de quien ignora o rechaza la Buena Nueva de la Salvación. Imploro para mi Patria gobernantes que sepan para dónde van, que distingan la verdad del error y la mentira y que vislumbren al que es la Vida.
Madre, Colombia clama tu protección. (A.E.C.)