“… permanezcan en mí, y yo en ustedes.” Juan 15, 1-8
¡Permanecer en Nuestro Señor Jesucristo! Este es un propósito sin cuya realización mi vida seria caótica, vacía, sin sentido, más parecida a la muerte que a otra realidad. Quiero vivir en plenitud este deseo de mi Maestro: Que yo permanezca en Él y Él en mí. Pero anhelo que muchísimos vivan lo mismo. Si no estamos unidos, adheridos fuertemente al Tronco, a la Vid que es Jesús, estaremos muertos en vida aun cuando nuestro corazón palpite.
Salvador Nuestro, que nos alimentemos de tu Palabra y de tu Eucaristía. ¡Te necesitamos! Madre, contamos Contigo. (A.E.C.)