“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna” Juan 3, 13-17
Un papá jamás daría a unos secuestradores a su propio hijo en rescate de su peor enemigo. Lo que el Padre hizo por nosotros supera infinitamente el símil anterior. Dios Padre creó al hombre a su imagen y semejanza y lo colocó en el paraíso. Todo lo demás lo hizo para él. Pero el hombre quiso hacerse artífice de su propio destino. En la desobediencia de nuestros primeros padres ya estaban incoadas las nuestras y toda la inmensa maldad de la humanidad de todas las edades de la historia. Sin embargo, a nosotros, que formamos parte de ella, nos da a su Muy Amado para que nos salve de la perdición e infelicidad terribilísima que no tendrá fin. Dios Padre nos quiere felices para siempre con Él y en su Casa.
ORACIÓN
Madre, intercede por nosotros, tus hijos ingratos. (A.E.C.)