“Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.” Juan 16,16-20
Al Señor no se le escapa nada de lo que pasa por nuestra inteligencia, nuestra memoria, voluntad y sentimientos. Hoy me coloco a la Luz de su mirada y al calor de su Corazón. Necesito estar bajo su influjo para que los motivos de mi tristeza sean los suyos y que mis alegrías se centren en su presencia de Hombre-Dios Muerto por nuestra Salvación y Vivo para siempre a la diestra del Padre. Sí, necesito mirarle ininterrumpidamente y vibrar al unísono con Él ante cada circunstancia de mi vida.
Madre, intercede por mí para que pueda vivir lo anterior. (A.E.C.)