Palabra meditada
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Palabra meditada
13 mayo, 2018

Palabra meditada

ECO

“Viene la hora en que ya no les hablaré en comparaciones sino que les hablaré del Padre claramente.” Juan 16, 23b-28

MEDITACIÓN

Más adelante Nuestro Señor nos hace una consoladora revelación: no tendrá que interceder por nosotros porque el mismo Padre nos ama porque hemos creído que El salió de Él. Pero sí nos recomienda que pidamos en su Nombre. Hace años que siempre lo hago. Por otra parte me llena de profundo gozo el pensar en el Amor del Padre. ¿Qué más podemos anhelar? Tengo la experiencia doble de dos paternidades: la de mi abuelito materno y la de mi papá. Ambos quisieron lo mejor para mí desde lo que cada uno podía darme. Mi abuelito me colmó de una ternura grande que a la vez me presentaba la talla admirable de un hombre íntegro. Mi papá me quiso como a su hija única mujer y me colmó de cariño y generosidad. Pero mi Padre Dios es la infinita plenitud de Amor y me lo regala. Ella me abruma y colma de felicidad.

ORACIÓN

¡Proclama mi alma la grandeza del Señor! (A.E.C.)