“Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos.” Mateo 28, 16-20
Estas Palabras de Nuestro Señor Jesucristo son para mí una fuente inagotable de esperanza en la coyuntura nacional en la que nos encontramos. Es cierto que la riqueza está en la cúspide de la pirámide y que la base es muy grande y posee una parte muy pequeña. Hace varias décadas conocí el informe del Padre Lebret y lo que acabo de enunciar es innegable. Pero la solución no está en un país sin Dios, y con falsas promesas y mucha opresión. El Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, su Mandamiento del amor fraterno sí abre nuevos horizontes. Si todos cumplimos los preceptos Divinos viviremos en la verdadera paz; sé que ésto es una utopía pero puedo soñar en grande. En todo caso me acojo a la afirmación de Aquél a cuyo Corazón está consagrada Colombia: “Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el final de los tiempos.”
Gracias porque siempre estás con nosotros y mucho más en el día de hoy. Madre, eres nuestra Reina; gracias por cuidarnos. (A.E.C.)