Palabra meditada
1 junio, 2018
Palabra meditada
3 junio, 2018

Palabra meditada

ECO

“Oh, Dios, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo, mi alma está sedienta de Ti; mi carne tiene ansia de Ti, como tierra reseca, agostada, si agua.” Salmo 63

MEDITACIÓN

Este Salmo ha sido uno de mis preferidos. En realidad, sin Dios, nuestra vida, mi vida no solo “no sería”, sino que no alcanzaría ni a imaginarla. No ignoro la existencia de los que se dicen ateos. Me parece terrible la oscuridad y el sin sentido, el caos y el abismo de error y de mal que les atrae cada vez con mayor fuerza. Por eso, y porque tengo el inefable don de la fe, porque soy absolutamente feliz al proclamar la existencia de mi Creador, Redentor y Santificador, repito este salmo y me gozo buscando a mi Dios antes del amanecer. Sin Él no soy nada, todo mi ser tiende al Él. Me sé objeto de su Misericordia y Benevolencia infinitas y me acojo a Él con esta humanidad que le desconoce y quiere vivir fuera del abrigo de sus Alas Poderosas y Santísimas.

ORACIÓN

Madre, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte ¡Amén! (A.E.C.)