Palabra meditada
7 febrero, 2018
Palabra meditada
12 febrero, 2018

Palabra meditada

ECO

“En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres puedes limpiarme. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero: queda limpio.” Marcos 1, 40-45

MEDITACIÓN

Debo acercarme a Nuestro Señor con la firme certeza no solamente de que puede ayudarme sino de que quiere hacerlo porque su Amor es infinito y por tanto, desea mi bien. Ayer oré por un amigo enfermo pero tuve la impresión de que no me estaba acompañando en la oración. Sé que él sabía que Dios todo lo puede pero me pareció que no estaba convencido de que Jesús iba a actuar en su favor en ese momento. Sentí resistencia quizás inconsciente. Cuando acudo a mi Dios para pedirle algo debo tener la mente y el corazón abiertos y arraigados en su Amor, en su Bondad, en su Voluntad salvífica y en su Poder que no tiene límite. Si Él quiere y puede, debo esperar su actuación en mi favor, en nuestro favor.

ORACIÓN

Madre, alcánzanos estas disposiciones. (A.E.C.)