Palabra meditada

MEDITACIÓN

Pido al Señor voluntad firme, decidida y coherente para ir tras Él cada día, a cada hora, en todo momento. No me basta con haber ingresado a la vida religiosa a los veinte años, con haber prescindido de estar con mi familia y haber adoptado costumbres diferentes. Ir tras Jesús es conformar mi pensamiento, mi voluntad, mis acciones con sus pensamientos, voluntad y acciones. Esto implica amar, querer y vivir lo que Él amó y ama, quiso y quiere, vivió y vive. El recorrido de mi Maestro va desde la Encarnación hasta la Calvario y continua en la Eucaristía. Se anonadó a Sí Mismo y sigue anonadado en este Sacrosanto Sacramento. Debo encontrarme con Él continuamente, en el amor a Él y a los hermanos, en los Sacramentos, en el recogimiento y la oración, en la humildad, el sacrificio y la abnegación.

ORACIÓN

Madre, que vivamos generosamente lo anterior por nuestro bien y el de la Iglesia y nuestra Patria. (A.E.C.)