Santa Beatriz da Silva, vírgen (COL)
17 agosto, 2018
XX Domingo Ordinario
19 agosto, 2018

Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

Ezequiel 18, 1-10; 13; 30-32

1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 2 ¿Por qué andáis repitiendo este proverbio en la tierra de Israel: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren la dentera? 3 Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que no repetiréis más este proverbio en Israel. 4 Mirad: todas las vidas son mías, la vida del padre lo mismo que la del hijo, mías son. El que peque es quien morirá. 5 El que es justo y practica el derecho y la justicia, 6 no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de Israel, no contamina a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su impureza, 7 no oprime a nadie, devuelve la prenda de una deuda, no comete rapiñas, da su pan al hambriento y viste al desnudo, 8 no presta con usura ni cobra intereses, aparta su mano de la injusticia, dicta un juicio honrado entre hombre y hombre, 9 se conduce según mis preceptos y observa mis normas, obrando conforme a la verdad, un hombre así es justo: vivirá sin duda, oráculo del Señor Yahveh. 10 Si éste engendra un hijo violento y sanguinario, que hace alguna de estas cosas.

13 presta con usura y cobra intereses, éste no vivirá en modo alguno después de haber cometido todas estas abominaciones; morirá sin remedio, y su sangre recaerá sobre él.

30 Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder, casa de Israel, oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes; no haya para vosotros más ocasión de culpa. 31 Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? 32 Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y vivid.

 

Salmo 51, 12-15; 18-19

12 Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva; 13 no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu. 14 Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; 15 enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti.

18 Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas. 19 El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

 

Mateo 19, 13-15

13 Entonces le fueron presentados unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían. 14 Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos.» 15 Y, después de imponerles las manos, se fue de allí.