San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia; San Gregorio VII, papa; Santa María Magdalena de Pazzi, virgen

Eclesiástico 35, 1-15

¹ El que observa la ley hace numerosas ofrendas. ² Es un sacrificio saludable guardar los preceptos y apartarse de todo pecado. ³ Alejarse de la injusticia es ofrecer un sacrificio de propiciación, que logra el perdón de los pecados. ⁴ El que ofrece la flor de la harina da gracias, y el que tiene misericordia ofrece un sacrificio. ⁵ Abstenerse del mal agrada al Señor; huir de la injusticia logra el perdón de los pecados. ⁶ No estarás delante del Señor con las manos vacías, ⁷ porque todos estos ritos se realizan para obedecer los preceptos divinos. ⁸ La ofrenda de los justos enriquece el altar; es un olor suave en la presencia del Señor. ⁹ Dios acepta el sacrificio de los justos. El Señor no lo olvidará. ¹⁰ Da gloria a Dios con buen corazón y no reprimas las primicias del producto de tus manos. ¹¹ Haz todas tus ofrendas con rostro feliz, consagra los diezmos con alegría. ¹² Da al Altísimo como te fue dado, da con buen corazón según lo que hayan ganado tus manos, ¹³ porque el Señor paga la ofrenda y te recompensará siete veces más. ¹⁴ No le ofrezcas regalos perversos, porque no los aceptará. ¹⁵ No esperes nada de un sacrificio injusto, porque el Señor es tu juez y no distingue entre personas.

Salmo 50, 5-8; 14; 23

⁵ «¡Congregad a mis fieles ante mí, los que mi alianza con sacrificio concertaron!» ⁶ Anuncian los cielos su justicia, porque es Dios mismo el juez.

⁷ «Escucha, pueblo mío, que hablo yo, Israel, yo atestiguo contra ti, yo, Dios, tu Dios. ⁸ «No es por tus sacrificios por lo que te acuso: ¡están siempre ante mí tus holocaustos!

¹⁴ «Sacrificio ofrece a Dios de acción de gracias, cumple tus votos al Altísimo.

²³ El que ofrece sacrificios de acción de gracias me da gloria, al hombre recto le mostraré la salvación de Dios.»

Marcos 10, 28-31

²⁸ Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» ²⁹ Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, ³⁰ quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermnanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. ³¹ Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»