Santa Brígida, religiosa
23 julio, 2019
Santiago, apóstol
25 julio, 2019

San Charbel Makhluf, presbítero

Éxodo 16, 1-5; 9-15

1 Partieron de Elim, y toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida del país de Egipto. 2 Toda la comunidad de los israelitas empezó a murmurar contra Moisés y Aarón en el desierto. 3 Los israelitas les decían: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta hartarnos! Vosotros nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.» 4 Yahveh dijo a Moisés: «Mira, yo haré llover sobre vosotros pan del cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré a prueba para ver si anda o no según mi ley. 5 Mas el día sexto, cuando preparen lo que hayan traído, la ración será doble que la de los demás días.»

9 Dijo entonces Moisés a Aarón: «Ordena a toda la comunidad de los israelitas: Acercaos a Yahveh, pues él ha oído vuestras murmuraciones.» 10 Aún estaba hablando Aarón a toda la comunidad de los israelitas, cuando ellos miraron hacia el desierto, y he aquí que la gloria de Yahveh se apareció en forma de nube. 11 Y Yahveh habló a Moisés, diciendo: 12 «He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: Al atardecer comeréis carne y por la mañana os hartaréis de pan; y así sabréis que yo soy Yahveh, vuestro Dios.» 13 Aquella misma tarde vinieron las codornices y cubrieron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío en torno al campamento. 14 Y al evaporarse la capa de rocío apareció sobre el suelo del desierto una cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha de la tierra. 15 Cuando los israelitas la vieron, se decían unos a otros: «¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Este es el pan que Yahveh os da por alimento.

 

Salmo 78, 18-19; 23-24; 25-26; 27-28

18 A Dios tentaron en su corazón reclamando manjar para su hambre. 19 Hablaron contra Dios; dijeron: «¿Será Dios capaz de aderezar una mesa en el desierto?»

23 Y a las nubes mandó desde lo alto, abrió las compuertas de los cielos; 24 hizo llover sobre ellos maná para comer, les dio el trigo de los cielos.

25 pan de Fuertes comió el hombre, les mandó provisión hasta la hartura. 26 Hizo soplar en los cielos el solano, el viento del sur con su poder atrajo.

27 Y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los mares; 28 las dejó caer en medio de su campo, en torno a sus moradas.

 

Mateo 13, 1-9

1 Poema. De Asaf. Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi boca; 2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado. 3 Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron, 4 no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos: Las alabanzas de Yahveh y su poder, las maravillas que hizo; 5 él estableció en Jacob un dictamen, y puso una ley en Israel; El había mandado a nuestros padres que lo comunicaran a sus hijos, 6 que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer; y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos, 7 para que pusieran en Dios su confianza, no olvidaran las hazañas de Dios, y sus mandamientos observaran; 8 para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Dios. 9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros, retrocedieron el día del combate.