17 Gracias a ella he hecho progresos, a quien me dio sabiduría daré gloria. 18 Pues decidí ponerla en práctica, tuve celo por el bien y no quedaré confundido. 19 Mi alma ha luchado por ella, a la práctica de la ley he estado atento, he tendido mis manos a la altura y he llorado mi ignorancia de ella. 20 Hacia ella endurecí mi alma, y en la pureza la he encontrado. Logré con ella un corazón desde el principio, por eso no quedaré abandonado. 21 Mis entrañas se conmovieron por buscarla, por eso he logrado una buena adquisición. 22 Me dio el Señor una lengua en recompensa, y con ella le alabaré. 23 Acercaos a mí, ignorantes, instalaos en la casa de instrucción. 24 ¿Por qué habéis de decir que estáis privados de ella, cuando vuestras almas tienen tanta sed? 25 He abierto mi boca y he hablado: Adquiridla sin dinero; 26 someted al yugo vuestro cuello, que vuestra alma reciba la instrucción: está ahí a vuestro alcance. 27 Ved con vuestros ojos lo poco que he penado y el mucho descanso que he encontrado para mí.
8 La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.
9 Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.
10 El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos.
11 Apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales.
27 Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?» 29 Jesús les dijo: «Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme.» 31 Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: “Del cielo”, dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?” 32 Pero ¿vamos a decir: “De los hombres?”» Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta. 33 Responden, pues, a Jesús: «No sabemos.» Jesús entonces les dice: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»