Agosto 15 de 1989: Exhortación Apostólica REDEMPTORIS CUSTOS de S.P. Juan Pablo II: La figura y la misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia.
Diciembre 08 de 2020: Carta Apostólica PATRIS CORDE de S.P. Francisco: Con motivo del 150º Aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia universal.
El Cíngulo de San José
El Cíngulo es una especie de cordón blanco de algodón. Simboliza la castidad. Cuando se dedica a San José simboliza una salvaguarda de pureza, uno ponerse bajo su protección.
Su origen está atribuído a una religiosa agustina belga, llamada Hna. Elizabeth. En 1657, después de una dolorosa enfermedad, estaba desahuciada por los médicos y en espera de una cercana muerte. Pero la Hermana, habiendo sido muy devota del Santo Patriarca, confeccionó un cíngulo (cordón), lo hizo bendecir en honor a San José y se lo ciñó. Unos días después, mientras rezaba, se sintió sana. Esto fue atribuído a un milagro. Su ejemplo fue seguido también por numerosas personas que igualmente alcanzaron gracias espirituales y temporales.
Gracias que se obtienen por él:
- La protección especial del Santo Patriarca.
- Un auxilio especial en la enfermedad.
- La pureza del alma.
- La gracia de la castidad.
- La perseverancia final.
- Su particular asistencia a la hora de la muerte.
- Vigilancia: Jesús nos exhorta a prepararnos a la vida eterna con la pureza de la vida y las obras santas: “Estad preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas…” (Lc. 12, 35)
- Pureza-Castidad: Es el sentido original del cordón. Santo Tomás de Aquino fue igualmente preservado en esta virtud cuando tuvo una visión de unos ángeles que le ceñían la cintura con un cordón.
- Fe: Según lo dice San Pablo: “Ceñíos con el cinturón de la verdad…” (Ef. 6, 14). Es también signo de justicia, fortaleza y penitencia.
- El cordón debe ser de lana o de algodón blanco, lo suficientemente largo como para que una persona se lo pueda atar a la cintura y caiga un poco a los lados.
- Hacer siete nudos en uno de sus extremos, en recuerdo de los gozos y dolores de San José.
- Se puede llevar también entre la ropa, circundando el cuerpo.
- Debe estar bendecido. Debe pedirse a un sacerdote que bendiga e imponga el cíngulo de San José, si es la primera vez que se usa.
- Si el primero se deteriora o pierde, no es necesario bendecir los sucesivos cíngulos. Basta la primera bendición ritual ya impartida.
La bendición litúrgica fue aprobada por el Papa Pío IX el 19 de septiembre de 1859 y se encuentra en el Ritual Romano. Se compone de cinco plegarias:
- En la primera se invoca la bendición sobre el cordón, que se llama “carnet de castidad”.
- En la segunda se invoca el don de la pureza de mente y de cuerpo.
- En la tercera otra vez se invoca la intercesión de San José, custodio de Jesús y María en la castidad.
- En la cuarta se pide por una vigilante espera de la muerte.
El sacerdote, en ese momento, bendice e inciensa los cíngulos de San José. - Concluye con una quita oración invocando, de Dios, el don de la perseverancia y la vida eterna.
Quien viste este cíngulo debe recitar el “Gloria al Padre” siete veces todos los días, en honor de los siete gozos y dolores de San José y la oración por la pureza.
Dolores y gozos de San José
- El Dolor ante la duda de tener que abandonar a su querida Esposa, y el Gozo de la revelación del Misterio de la Encarnación. Gloria.
- El Dolor de ver nacer al Niño Jesús en tanta pobreza, y el Gozo de verlo glorificado por los ángeles y adorado por los pastores. Gloria.
- El Dolor en la circuncisión al ver derramada por primera vez sangre del Mesías, y el Gozo de oír su Nombre de ‘Jesús’, Salvador. Gloria.
- El Dolor de escuchar en la profecía de Simeón lo que habrían de sufrir Jesús y María, y el Gozo de saber que sería para la salvación de innumerables almas. Gloria.
- El Dolor de saber que Herodes quería matar al Niño, y el Gozo que lo confrontó al huir con Jesús y María a Egipto. Gloria.
- El Dolor que le infundió el temor de Arquelao, y el Gozo con que lo tranquilizó el ángel, de volver a Nazaret. Gloria.
- El dolor de la pérdida del Niño Jesús durante tres días, y el Gozo de encontrarlo en el Templo entre los doctores. Gloria.
Oración por la pureza
Oh custodio y padre de vírgenes, glorioso San José, a cuya fiel guarda fueron encomendados la misma Inocencia, Cristo Jesús, y la Virgen las vírgenes María; por estos dos seres queridos, Jesús y María, os ruego y suplico me alcancéis la gracia de que, manteniéndome puro en la mente, limpio en el corazón y casto en el cuerpo, sea siempre siervo fiel de Jesús y María. Amén.