Domingo 14a Semana del Tiempo Ordinario
3 julio, 2022
San Antonio María Zaccaría, presbítero
5 julio, 2022

Santa Isabel de Portugal

Primera Lectura

Oseas 2, 16; 17-18; 21-22

16 Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. 17 Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. 18 Y sucederá aquel día – oráculo de Yahveh – que ella me llamará: «Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío.» 21 Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho en amor y en compasión, 22 te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahveh.

 

Salmo Responsorial

Salmo 145, 2-3; 4-5; 6-7; 8-9

2 todos los días te bendeciré, por siempre jamás alabaré tu nombre; 3 grande es Yahveh y muy digno de alabanza, insondable su grandeza.

4 Una edad a otra encomiará tus obras, pregonará tus proezas. 5 El esplendor, la gloria de tu majestad, el relato de tus maravillas, yo recitaré.

6 Del poder de tus portentos se hablará, y yo tus grandezas contaré; 7 se hará memoria de tu inmensa bondad, se aclamará tu justicia.

8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y grande en amor; 9 bueno es Yahveh para con todos, y sus ternuras sobre todas sus obras.

 

Evangelio

Mateo 9, 18-26

18 Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.» 19 Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. 20 En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. 21 Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.» 22 Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde aquel momento. 23 Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, 24 decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él. 25 Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. 26 Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.