4 22 Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. 23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa. 24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar.
26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, 27 pues dice la Escritura: Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada.
31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
5 1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
1 ¡Aleluya! ¡Alabad, servidores de Yahveh, alabad el nombre de Yahveh! 2 ¡Bendito sea el nombre de Yahveh, desde ahora y por siempre! 3 ¡De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de Yahveh! 4 ¡Excelso sobre todas las naciones Yahveh, por encima de los cielos su gloria! 5 ¿Quién como Yahveh, nuestro Dios, que se sienta en las alturas, 6 y se abaja para ver los cielos y la tierra? 7 El levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre.
29 Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. 30 Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. 31 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. 32 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.