2 29 Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.
3 1 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. 2 Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. 3 Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro. 4 Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad. 5 Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado. 6 Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
1 Salmo. Cantad a Yahveh un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo.
3 Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. 4 ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad! 5 Salmodiad para Yahveh con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia. 6 con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del rey Yahveh.
29 Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. 31 Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.» 32 Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. 33 Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: “Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo.” 34 Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.»