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Recuerdo un día de mediados de junio mi hija llegó del trabajo con la noticia que le habían pasado la carta de preaviso en el trabajo, mi corazón no se intranquilizó como en otras oportunidades cuando creía que se quedaba sin trabajo; puesto que yo también estoy sin trabajo y con problemas de salud. Una amiga me dijo: Haz la Treintena a San Jose, Dios no le niega nada; y mi hermana me comentó que unas religiosas le colgaban a San José del cuello sus peticiones. Me acuerdo que acudí a hacer lo que me recomendaron pero primero di gracias. Mi hija quedó sin trabajo un 31 de julio y ya el 26 de agosto firmó contrato con una empresa para trabajar en su profesión como se lo pedí a San José, pero lo maravilloso de este testimonio es que el lugar donde queda la empresa es en la vereda San José cerca a Guarne. Como para que no dude nadie del amor de Dios por su padre putativo. Muchas gracias San José por tu intercesión poderosa ante nuestro Señor Jesucristo.