Maestro de oración

Santa Teresa cuando era joven encontraba mucha dificultad para que le gustara la oración y para lograr orar bien. Se encomendó a San José y este santo le obtuvo un gusto tal por la oración y un modo tan provechoso de orar que ella repetía: “Quien no encuentre maestros que le enseñen cómo hacer bien la oración, que invoque a San José y él le enseñará a orar. El mejor modo de orar es hablar con Jesús y María con cariño y devoción. Y esto es lo que hizo este santo durante 30 años; por lo tanto, le queda fácil enseñarnos a orar. A mí uno de los modos que tuvo para ayudarme a aprender a orar fue hacer que alguien me prestara un libro que enseña cómo orar bien”.

Decía Santa Teresa que durante la mayor parte de su vida cada año le pedía un favor muy especial a San José en el día de su fiesta y que ningún año dejó de concedérselo. Por eso ella misma se encargaba, en el sitio donde estuviera el 19 de marzo, de costear la fiesta del santo con la Misa de varios sacerdotes, orquesta, coros, adornos especiales en el altar y detalles sabrosos en la mesa. Era un modo de agradecerle al santo Patriarca las bondades que tenía con ella.

Esta santa repetía: “Yo no he conocido una persona que le tenga una especial devoción a San José y que no haya hecho progresos notables en la virtud y no se haya vuelto mucho mejor en su comportamiento. Pido, por amor a Dios, que muchos hagan la experiencia de rezarle a tan poderoso protector y verán cuán prodigioso y generoso es para ayudar en lo material y en lo espiritual”.