Una ayuda muy curiosa

En Pamplona, las Carmelitas de clausura que son muy devotas de San José, tenían una cosecha de papa para recoger pero no encontraban obreros que fueran a recogerla. Entonces, según su costumbre, colgaron una papa del cuello de la imagen de San José pidiéndole al bondadoso santo que les enviara los obreros que estaban necesitando para la recolección. Y una noche oyeron un ruido. Había llegado un grupo de ladrones con azadones, costales y un camión, y estaban dedicados a arrancar toda la papa y echarla en costales para llevársela. Ya estaban terminando la recolección. Ellas estaban muy asustadas, empezaron a tocar la campana, a reventar unos totes que les habían sobrado de Navidad y a invocar a San José pidiéndole que trajera a los doce apóstoles en su ayuda. Y gritaban: Poderoso José, nos están robando. Por favor, venga inmediatamente con Pedro y Pablo, Juan, Andrés, Mateo y Bartolomé, Santiago y Tadeo. Los ladrones al escuchar el griterío, la reventada de los totes y oír llamar a tantos hombres, subieron veloces al camión y huyeron, dejando toda la cosecha de papa ya enconstalada.

Las monjitas decían: “Qué simpático San José: nos hizo gratis la recolección de la cosecha y nos obsequió los costales”. Los santos saben ayudar muy oportunamente.