Hna Blanca, que sorpresa haberla encontrado. La semana pasada pensaba en usted, ya que llego a La Ceiba, Honduras, hace mucho tiempo, ahí vivimos un Retiro hermoso y escucharla con estas hermosísimas Conferencias. Le agradezco al Padre Celestial toda esa fuerza del Espíritu Santo que mora en usted. Gracias mi Hna Blanca, Dios la siga bendiciendo cada día.