Los siete santos Fundadores de la Orden de los Siervos de la Bienaventurada Virgen María
17 febrero, 2022
Sábado 6a Semana del Tiempo Ordinario
19 febrero, 2022

Viernes 6a Semana del Tiempo Ordinario

Santiago 2, 14-24; 26

14 ¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? 15 Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, 16 y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? 17 Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. 18 Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. 19 ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. 20 ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? 21 Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? 23 Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia y fue llamado amigo de Dios.» 24 Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. 26 Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

 

Salmo 112, 1-2; 3-4; 5-6

1 ¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace! 2 Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos.

3 Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece. 4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.

5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos. 6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo.

 

Marcos 8, 34–9, 1

8 34 Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. 35 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. 36 Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? 37 Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? 38 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»

9 1 Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios.»